miércoles, diciembre 12, 2007

COBARDIAS





Anoche miraba un documental sobre el Negro Fontanarrosa y lentamente me fui poniendo triste. Un par de días antes había hablado con Mili sobre mi dificultad para asumir la muerte de los seres que he querido, la incapacidad de enfrentarme a los recuerdos, de alegrarme con los tiempos buenos pasados con ellos. Me angustia tanto recordarlos que cierro todas las ventanas para no dejarlos entrar. Es una de mis cobardías que de verdad odio, porque me priva de lo bueno de quienes fueron buenos.
Y si el olvido rescata del final a nuestros amores, yo los estoy matando dos veces o muchas más, eso es lo que siento. Pero no se cómo resolverlo.
Disfrutar de ese recorridito por la obra del Negro, lo que gente amable y talentosa como Rep o Tute decían de el, ver a su hijo que tiene sus gestos, eso no me desestabilizaba, pero cada vez que la cara del Negro aparecía sentía ese nudito atándoseme como una corbata negra en la garganta, y hubiera querido cambiar de canal y al mismo tiempo mirarlo y que apareciera el solo todo el tiempo. Escucharlo hablar...una mezcla loca.
¿Por qué lo extraño así? No lo se, ¿ Es la primera persona que me da tal nostalgia sin haberlo conocido? No, hay otras, pero el Negro es mi pérdida mas reciente.
A mi modo, así de cobarde y un poco sórdido, yo lo recuerdo con cierta alegría en sus dibujos. Debe ser una identificación absurda o todo lo contrario, pero la pena no se presenta fuerte al encontrarme al Inodoro, ni a algún medio campista de los suyos sudado y reflexivo, sino a Mendieta.
En mi imaginación Mendieta lo sigue con su tranquito corto, y sus ojos de puntito.
Ojalá lo alcance.