lunes, noviembre 13, 2006

cusack-burguesas


para vos Mili, aunque no leas esto ni a palos...

Hay cosas que uno no tiene que elegir y eso es bueno. No tengo que optar por si me gusta más la literatura, o la música o las películas.
Es como cuando por un tiempo solo tomo té, y otro tiempo café y otro solo mate y nadie se queja, no se ofende ninguna infusión.
Hoy fue un día sin leer nada, ayer tampoco, y así, no tengo ganas de leer.
Solo me tiro en mi cama a ver alguna película cuando llego del trabajo, el otro día hicimos como una pira de hamburguesas caseras y les pusimos otra pira de ketchup , tomates, lechuguitas y encerramos todo entre pan negro y nos dejamos los ojos de huevo frito de ver dos películas con John Cusack, parece que se ponen de acuerdo, fue el día John Cusack en tres canales.
Una de ellas se llamaba Serendipity, la pucha que nombre para una película, se habrá puesto de pie toda la comunidad científica, ja.
Y me acordé de algo que escribí una vez...y que fue un mal intento pero qué importa: el concepto de serendipity en investigación - algo que aparece y lo altera todo, lo inesperado- aplicado a un poema de esos que uno improvisa y re-escribe una, dos, tres veces y no son buenos. Y tampoco hay problema, me las arreglo mal con la prosa, pero la poesía no existe bajo mi mano, es como cantar canciones de letra fácil pero sin música. Me acuerdo que bastardeé a mi gusto el concepto de serendipity y me dio mucha risa el resultado.
Cuando escribí eso no me acordaba de la película ni que no era nada del otro mundo, es una de las que Mili llama "para minas solas en fin de semana", y en eso no hay controversia somos madre e hija, ambas solas y cada cinco días llega otro fin de semana.
Mili tenía que recuperar peso porque tuvo una neumonía, y vino a refugiarse en casa de mamá (y mamá que soy yo...feliz porque se recupero bien y feliz solo porque estuviera)
Entonces nada de dietas. A hablar de cualquier cosa y reírnos mucho que cura más que los antibióticos...
Así que nos sumergimos en hamburguesas y johnes cusacks que es uno de los actores que a ella le parecen más atacables y a mi mas agridulces.
Y esta no era la idea. La idea era escribir algo en serio, algo que no hablara de películas románticas, dietas ni música, pero no me sale nada, hace mucho que no me sale nada que valga la pena leer y no es que me alegre pero por lo menos no hay que elegir demasiado, lo que supone sufrir un poco menos. Nada que altere el status quo, que remueva o pueda producir algún serendipity, porque aunque las películas mientan casi tanto como miente la vida, me gusta verlas.
Mejor así porque fue fin de semana.




viernes, noviembre 03, 2006

los dias en que vivo en peligro

Hay una serie de días que son unos ocho en que mi vida corre serio peligro. Esos que van entre que me quedo sin un centavo y el día en que al fin meto mi tarjeta magnética y a veces hasta magnetofónica y vuelve a estar mi sueldo en la pantalla del cajero automático,
un vértigo.
Y esos ocho días más o menos, que están en el medio,yo usó mi tarjeta de crédito, una bien conocida y la saco de mi bolsillo como si fuera la corona de laureles de Nerón, e incendio mi patrimonio como Roma. Soy Gardel  cantando Volver, y soy eterna, por ocho mugrosos días.
ayer fue el quinto día del peligro y salí con mi motito a hacer las compras y me paseé por las estanterías del supermercado...poniéndole el dedo encima al paté a la pimienta verde, a las alcaparritas, a una lata enorme de cazuela de mariscos y mmm mejor noooo... la música de tiburón me aturdía.
no iba a sucumbir, compré lo de siempre, leche, galletitas, esas de los tres paquetes juntos que después puteo para sacarles el envoltorio, tomates, hamburguesas requetecongeladas. porque en el país de la carne el kilo ahora cuesta como tres o cuatro dólares si querés comprar algo que haga que conserves algún diente al final de la cena, y a pesar de tener un extenso mar Atlántico y ríos colosales, el pescado es para potentados...los mariscos, nooo, esos hace años que no me vienen a ver.
antes de pasar por la caja vi algo raro, una cantidad inusual de botellas de sidra a un precio increíblemente barato, se me ocurrió sacudir una rememorando un cuento de Guy que se llama...”Ni el pedo de una paloma” y suponiendo que estas botellas debían tener menos gas todavía. pero tenían!
Yo no bebo (casi nunca, porque igual es como si estuviera abombada de alcohol 20 horas al día), pero era un día apto porque tenía mi tarjeta, así que compré dos, y allí ya me sentí Highlander y fui a elegir un buen pedazo de carne, y papitas chicas y echalotes en fin, un descalabro en el magro universo de una asistente social.
cociné con romero, laurel y pimienta negra esa carne a la sidra, que si existe esa receta con carne, todavía no la leí...

mientras lo hacía me bebí la otra botella entera...riéndome como en navidad pero mejor, sin ningún pariente de los que no veo en todo el año preguntándome cosas que ya nos olvidamos antes de empezar el postre.
me senté a disfrutar de eso como si no se me acumularán los impuestos, ni tuviera que gastarme hasta el último guijarro porque el mañana no existe.
ya se me va a pasar cuando llegue el resumen de la tarjeta y el sueldo sea una pobre laucha peleando por su vida ante una de las tarjetas de crédito más poderosas del mercado.
a que le llamás vos placeres de la carne?
no será mucho riesgo el mio, pero algo es algo.