sábado, agosto 26, 2006

Influencias -2-


foto Henri Cartier Bresson

Hace unos días escuchaba a un artista decir
el arte es exceso.
Si eso fuera así, y yo fuera una novela, una
sinfonía, una pintura sería una obra maestra.
Pero soy una persona.
Leí toda mi vida, para esconderme a veces,
para entretenerme siempre y en ese proceso
imperceptible aprendí, no a escribir bien,
pero creo que sí
puedo reconocer un buen texto.
Todo lo vivido y cada cosa que
he escuchado ha dejado lo que en vos que
ahora lees esto también tenés, las huellas de
lo que ha sido tu vida, sea muy joven o no
tanto.
Aun hoy busco mi voz para construir un texto...
uno que no sea original por ser mejor que el
de este o aquel autor, algo en que me reconozca
a mi misma.
Original por mío, no por impresionante.
La mía es una vida ordinaria, solo yo puedo
verla desde esa perspectiva extraordinaria
que nadie hallaría y de allí partir hacia lo que
pueda decir, sin duda con el humor que viene
por añadidura como esa foto allí arriba.
De todo lo que haya encontrado sobre este
tema lo más claro es aquello que Rilke dijo
al joven poeta.
uno escribe porque no puede dejar de hacerlo,
finalmente así es.

No me digas que es cliché porque ya lo sé.
no puedo dibujar tiras como Tute, con sus
hallazgos de ternura y las situaciones absurdas
y próximos que se le ocurren, ni conmoverlos
como el querido Pierre, ni dibujar como el
Dibujador, ni cantar como Elis Regina, ni
ser mejor que “...” Solo soy yo, una especie

de hueco, de pocito. Calcinada por tanta gente,
o marcada con agua, con saliva, con esa palabra

necesaria, gestionadora de este sonido que no
es otra que mi voz al escribir.
Ni genio ni figura, más bien fisura en el umbral,
cascarita de lastimadura medio salida,
o una mujer tratando de seguir.

Como prefieras.



Etiquetas: